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lunes, 19 de septiembre de 2016

Inducción Gerencial



Al comienzo del siglo XX, la actuación de los colaboradores y el tiempo dedicado a cada tarea eran objeto de estudio por importantes analistas de la producción como Taylor que no se dejaba espacio a la iniciativa e imaginación de los trabajadores, pero sin duda se abría una gran puerta a la mejora de la productividad; era la gestión científica, algo a lo que también contribuyó Fayol, que permitió nuevos horizontes con sus catorces (14) principios: división del trabajo, unidad de mando, disciplina, remuneración, entre otros. Luego en años posteriores las investigaciones de Elton Mayo, apuntalan al lado humano de la gestión, donde la gestión científica evoluciona en favor de los postulados más recientes, no obstante, la gestión de las personas, en cambio, daba pequeños pasos, haciéndose cada vez mayor la distancia entre lo que predicaban los expertos y lo que de verdad se practicaba en las empresas.

Esto nos lleva a intentar la comprensión y un amplio dominio de los diferentes enfoques teóricos compuestos por las teorías de la administración científica, clásica, relaciones humanas, administración por objetivos, estructuralista y desarrollo organizacional, los diferentes enfoques de pensamiento y los modelos de gestión sobre el cual se debe sustentar el quehacer en especialmente porque la dinámica del mundo exige que los líderes de todas las organizaciones actúen de manera responsable, con una óptica analítica, con una mente creativa, de cooperación y tenga una influencia positiva sobre sus colaboradores, para obtener el desarrollo de su organización y pueda enfrentar, entre otros muchos factores, los permanentes avances tecnológicos, la productividad, la competitividad y la globalización.

Cuando el líder sabe inspirar a los demás, es capaz de movilizar a su equipo en torno a una visión común o a un objetivo compartido. Su ejemplo resulta inspirador, y convierten el trabajo en algo estimulante y motivador.

El líder que posee esta cualidad es capaz de reconocer la necesidad de hacer cambios, y se sitúa en la vanguardia con ideas creativas, encontrando estrategias para superar las barreras que obstaculizan esos cambios. Es capaz de sacar partido de todas las situaciones, comprender los distintos puntos de vista y buscar soluciones que satisfagan a todos. El líder se convierte en catalizador del cambio que va “a todo vapor”, este término se remonta a la época de los barcos de vapor, y significaba que los poderosos buques navegaban a plena potencia. 

En la actualidad, a todo vapor quiere decir el efecto de tener una visión clara -saber quién es uno, hace dónde se dirige y qué le servirá de guía en el trayecto-, con toda la fuerza para avanzar aprovechando la totalidad de su potencia. Para que las empresas tengan fuerza plena, es preciso que sus líderes sepan cómo formular una visión seductora que tenga en cuenta las expectativas y los sueños de los miembros de la organización. 

Una Visión y Misión claras, creativas, retadoras e innovadoras son el marco general de referencia que guían a la organización en su funcionamiento, define los valores que la sustentan, la confianza que tiene en sí misma y lo que la organización se propone en la vida organizacional.

Por ello el liderazgo implica dirigirse hacia alguna parte y transitar por distintos aspectos que expliquen, permitan entender, realizar los cambios necesarios y resolver los conflictos que comprende las actividades interrelacionadas de: planificación, organización, dirección y control de todas las actividades que implican relaciones humanas y tiempo. 

El líder debe tener en cuenta las personalidades de sus colaboradores para detectar de cualquier signo de “patología” o trastorno de personalidad que deban ser controlados, a riesgo de convertir en improductivo un equipo o hacer que derrochen sus energías inútilmente.

Si un líder se siente motivado por su trabajo, sentirá su autoestima muy alta porque obtiene resultados, lo cual conduce a que sus colaboradores también se sientan satisfechos y orgullosos de pertenecer a una organización de éxito que le proporciona seguridad y perspectivas interesantes de futuro. 

Lo importante es trabajar y sentir satisfacción ante una meta finalizada, y no sólo buscar recompensas externas. 

Los líderes con esta habilidad se apasionan por su trabajo, les gusta aprender siempre, son creativos y muestran una energía y unos deseos impresionantes para culminar de la mejor manera una actividad., así mismo ante el fracaso, no ven nubes negras, sino una oportunidad para ser mejores y su compromiso con la organización es cada día más fuerte, pues lo más importante es realizarse como personas y crecer en el ambiente positivo como se menciona en “Fish”, estar presente, no mirarnos el obligo y “sacar la vuelta”, ver que haciendo participe a los demás aprendemos de ellos y viceversa, debemos entender que no puede cambiar el entorno, sino que debemos cambiar y adaptarnos al medio para llegarle más a los colaboradores, lograr compenetrarse más con ellos y así lograr incrementar la productividad de la empresa y el sentido de pertenencia hacia la compañía.

Ser exitoso depende de cada una de las personas del equipo donde trabajamos, contagiar alegría y hacer que todos colaboremos con un mejor ambiente de trabajo, al hacer un buen ambiente se hace más fácil trabajar, la comunicación es mejor y negociaremos en forma constante “algo” de lo que debemos o queremos valernos; y procuramos obtener su colaboración, para poder satisfacer los intereses de la organización. 

Esta actividad negociadora requiere que los negociadores cuenten con ciertas habilidades que pueden facilitar la consecución de los objetivos perseguidos. Se puede llegar a equiparar la actividad negociadora con un juego, pero es un juego en el que las reglas están parcialmente escritas; hasta se puede decir que se trata de un juego en el que, muchas veces, es más importante el proceso a seguir en si, que las ventajas reales de las que uno mismo dispone. 

Un proceso de negociación implica conocer la realidad, pero no necesariamente toda la realidad; es un proceso donde es necesario estar dispuesto a dar, para poder esperar recibir; se trata de establecer nuevas vías de relación en cada negociación (conocer nuestros propios deseos y las necesidades del otro); y viceversa.

Nunca dos negociaciones son iguales, porque nunca son iguales las circunstancias aún cuando las personas y la materia negociable sean las mismas. Es por eso que en este juego de la negociación no se deben enumerar taxativamente los pasos a seguir sino que se esquematizan reglas que se aplican dependiendo de las particularidades en que se desarrolle el proceso negociador, con el benchmarking se puede recabar la información suficiente con el fin de poder negociar, por ello toda empresa necesita es el proceso continuo de medir productos, servicios y prácticas de los competidores más duros o aquellas compañías reconocidas como líderes en la industria, para tratar de implementarlos en la compañía.

EI benchmarking ha demostrado ser un poderoso instrumento de aprendizaje gerencial y de ajuste, a medida que establece los marcos de referencia de las empresas excelentes en el área y muestra los caminos para alcanzarlos, no solo para conquistar y retener los mejores talentos, sino también para obtener el máximo de las personas, en términos de eficiencia y de eficacia, para alcanzar el éxito en los negocios.

Es la búsqueda de las mejores prácticas de la industria que conducen a un desempeño excelente y las habilidades gerenciales son indispensables para el éxito de cualquier organización, dependiendo del nivel gerencial, se vuelven más o menos importantes las distintas habilidades. Si bien en todos los niveles son importantes las habilidades humanas, en los altos niveles gerenciales se hacen más importantes las habilidades conceptuales (para poder ver a la organización como un todo, planificar, etc.), mientras que, en los niveles más bajos, tienen mucha importancia las habilidades técnicas.

A medida que el mundo de los negocios cambia, también lo hace la necesidad de determinadas habilidades gerenciales. Es por ello que todo gerente, o quien aspire serlo, debe estar en una constante actualización y mejora de sus habilidades gerenciales, estas tendencias no son fortuitas ni ocurren al azar, sino que reflejan la necesidad de lograr competitividad en las organizaciones, en un mundo turbulento y lleno de desafíos. Esta visión considera la inmensa capacidad de desarrollo y de creación de valor que las personas pueden aportar a la organización, y la necesidad de contar con todo este aporte para el éxito de la organización.

Me despido con el cuento de la inteligencia del ganso

Los gansos vuela en forma de V dirigiéndose al norte, escapando del invierno, ya se ha descubierto por qué adoptan esa forma. 

Se ha comprobado que, cuando cada pájaro bate sus alas, produce en el aire un movimiento que ayuda al pájaro que va detrás de él. Volando en V la bandada completa, unida, aumenta su potencia de vuelo al menos en un 70%.

Se podría decir que las personas que comparten una dirección en común y tienen sentido de comunidad pueden llegar adonde deseen más fácil y más rápido porque van apoyándose mutuamente.

Cada vez que un ganso sale de su formación, siente inmediatamente la resistencia del aire, se da cuenta de la dificultad de volar solo y rápidamente regresa a su formación para beneficiarse del poder del compañero que va delante.

Si tuviéramos la inteligencia de un ganso, nos mantendríamos unidos con aquellos que se dirigen en nuestra misma dirección.

Cuando el líder de los gansos se cansa, ocupa una posición posterior, y otro ganso toma su lugar.

Tal vez demuestre que obtendríamos mejores resultados si nos turnamos para realizar las tareas más difíciles.

Los gansos que vuelan atrás graznan para alentar a los que van delante a mantener la velocidad. 

Creo que una palabra de aliento, ayuda mucho.

Finalmente, cuando un ganso se enferma o cae herido, sea lo que sea, dos gansos salen de la formación y lo siguen para ayudarlo y protegerlo. Se quedan acompañándolo hasta que está nuevamente en condiciones de volar o hasta que muere, y sólo entonces, vuelven a su bandada o se unen a otro grupo.

Me hace pensar que si tuviéramos la inteligencia del ganso nos mantendríamos uno al lado del otro, apoyándonos y acompañándonos, y nunca moriríamos solos.

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