Encontrar soluciones creativas requiere algo que se ha denominado “ADN del innovador”. Luego de un estudio que duró aproximadamente seis (6) años, en donde se tomaron diferentes emprendedores famosos (Steve Jobs: Apple, Jeff Bezos: Amazon, Pierre Omidyar: Ebay, etc) para analizar cómo y en qué momento se les ocurrieron esas brillantes ideas, se encontró que existen cinco habilidades que diferencian a los más creativos: interrogar, observar, crear redes, experimentar y asociar.
Estas al contrario de lo que muchos piensan, no son necesariamente características genéticas del individuo, sino habilidades que se pueden desarrollar y mejorar con la práctica.
Experimentar: ¿Qué cosas debió el emprendedor armar, prototipar, desarmar, validar y mejorar tanto en su vida como emprendedor, hasta llegar a lo que consolidó finalmente?
Asociar: El emprendedor ¿qué conocimientos de diversas áreas conectó para sacar adelante su iniciativa, en qué ciencias se apoyó, cómo integró ideas, que cosas relacionó, complementó, y demás?
Focalizar: En el desarrollo de la iniciativa ¿qué elementos fueron observados en cuanto a personas, instituciones, entidades estatales, actores del ecosistema emprendedor de la ciudad (colaboradores, mentores, financiadores, etcétera)? ¿qué comportamientos y actitudes pudo apreciar el emprendedor?
Interrogar: ¿Cuáles fueron esa serie de preguntas o cuestionamientos que hizo el emprendedor para poder encontrar la forma de trasformar sus ideas? Piense desde el momento mismo en que se genera la idea inicial hasta el momento que se encuentra implementada.
Trabajar en Red: Identifique con qué actores, entidades y personas debió establecer relaciones el emprendedor para que le apoyaran en su iniciativa.
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