La palabra paz, de apenas tres letras, tiene una significación compleja al poder ser definida desde varias aristas. Paz (del latín pax) se determina como un estado a nivel social o personal en el cual se encuentran en estabilidad y equilibrio las partes de una unidad. Pública tranquilidad y quietud de los Estados. Sosiego y buena correspondencia de unas personas con otras, especialmente en familias. Genio pacífico, sosegado y apacible.
En el derecho internacional se habla de estado de paz cuando los conflictos se resuelven de manera no violenta. En términos sociológicos, se define como el entendimiento necesario para mantener relaciones buenas y beneficiosas entre los distintos grupos que pueden existir en una sociedad.
La antropología nos hace entender que solo las sociedades civilizadas consideran el concepto de la paz y que la preferencia cultural por la guerra es característico de los estados de salvajismo y barbarie.
Johan Galtung, sociólogo noruego, ganador del Premio Nobel Alternativo (1987) y el Premio Ghandi (1993) considera que la paz no es lo contrario de la guerra sino la ausencia de violencia estructural, la armonía del ser humano consigo mismo, con los demás y con la naturaleza.
Galtung señala que la paz es un proceso, no puede ser visto como una meta quimérica o ilusoria. No supone un rechazo del conflicto, al contrario. Los conflictos hay que aprender a afrontarlos y a resolverlos de forma pacífica y justa. Hace mención de dos tipos de paz, la positiva y la negativa.
La paz negativa se refiere a la ausencia de guerra, de violencia directa, de evitar los conflictos armados. Paz negativa es cuando, por evitar la confrontación, podemos permitir hechos como el abuso o la violencia en el hogar, ver como los servicios públicos elementales no funcionan mientras la corrupción crece abruptamente en las instituciones estatales. Paz negativa es no hacer nada ante la opresión y violencia contra jóvenes que salen a la calle a ejercer su derecho constitucional a la protesta. Es permitir que la delincuencia nos robe los espacios públicos, pertenencias y hasta la vida.
Al contrario, paz positiva supone un nivel reducido de violencia directa y un nivel elevado de justicia. Se persigue la armonía social, la igualdad, la justicia y, por tanto, el cambio radical de la sociedad. La paz positiva no involucra renunciar a desacuerdos presentes, maneras de pensar o ideologías. Constituye un encuentro de iguales en el que se reformula un nuevo concepto de pertenencia a la sociedad, es la búsqueda de intereses y un punto de confluencia común que sirva de partida para iniciar el progreso juntos. Paz positiva es entender que son más los lazos que nos unen como hermanos que aquellos que nos dividen.
Paz positiva es comprender que el principio de igualdad social está por encima de cualquier ideología política, que urge encontrar ese punto de encuentro que nos permita vivir como una sociedad integrada.
Hay días en que solo con la unión de todos podremos vencer las amenazas de quienes tratan de separarnos y sembrar los malos ejemplos.
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