Las múltiples exigencias que se pueden
presentar en la vida del ser humano, ha
facilitado el desarrollo de trastornos físicos y psicológicos. Pero hoy en día
el estrés, la sobrecarga laboral o el muy conocido síndrome de Burnout es una
patología que acompaña en gran parte a la población trabajadora en Venezuela.
Esta se considera como la fase avanzada de un desgaste laboral, que se produce
especialmente en empresas u organizaciones que dan servicios y afecta en su
gran mayoría a profesionales que tratan directamente con clientes o usuarios.
Síndrome de Burnout
Según Cherniss (1980), este síndrome es un proceso en el cual las actitudes
y el comportamiento del profesional cambian de manera negativa en respuesta a
la tensión del trabajo.
Por otro lado Kahill (1988), indica que este síndrome está caracterizado
por síntomas de autoeficacia reducida, desánimo, despersonalización y fatiga,
vinculado a situaciones crónicas de demanda tanto vivías como excesivas en el
ámbito laboral.
Pero la definición más popular la proporciona Mashlash y Jackson (1981),
quienes indican que es un estado de agotamiento emocional, despersonalización y
baja realización personal que puede ocurrir frecuentemente entre los individuos
cuyo trabajo implica atención o ayuda a
personas.
Como
puede observarse, en la definición de mencionadas autoras se manejan tres
componentes que integran el síndrome de Burnout. El primer componente es el agotamiento
emocional, el cual describe los estados afectivos y las sensaciones
del individuo, caracterizado por una carencia de energía y recursos
emocionales. El segundo factor es la despersonalización, caracterizada por actitudes
y sensaciones negativas respecto de los demás. El último componente es la baja realización de
personal, donde los empleados con este padecimiento experimentan un
gran descontento e insatisfacción a sus labores.
Los signos más característicos de los profesionales
con el síndrome serán el cansancio emocional, caracterizado por la pérdida progresiva
de energía, el desgaste, el agotamiento, la fatiga, etc; la
despersonalización manifestada por un cambio negativo de actitudes y respuestas
hacia los demás con irritabilidad y pérdida de motivación hacia el trabajo y la
falta de realización personal con respuestas negativas hacia sí mismo y el
trabajo
La dimensión que más prevalece es el Agotamiento
emocional, que se da por varios factores relacionados a la edad, años de
trabajo en el cargo, falta de desarrollo de habilidades o competencias,
mecanismos de afrontamiento inadecuados ante las situaciones de estés en el
área de trabajo. Induciendo y afectando de manera directa y negativa en el
comportamiento y rendimiento del trabajador.
Ente los factores sociodemográficos que presentan
más riesgo para la aparición, desarrollo o vinculación al Síndrome de Burnout,
podemos citar la edad, ya que frecuentemente aparece en los primeros años de
ejercicio profesional, en trabajadores jóvenes por la inexperiencia y en el
factor género afectando más a las mujeres por los diferentes roles que ejerce
en la sociedad.
Otra de las características es la sobrecarga de
trabajo, la escasez de personal la manipulación de cargas pesadas,
instalaciones deficientes, posiciones incómodas para trabajar, los ambientes
con mala iluminación, ventilación y temperatura.
Otra de las características es la sobrecarga de
trabajo, la escasez de personal la manipulación de cargas pesadas,
instalaciones deficientes, posiciones incómodas para trabajar, los ambientes
con mala iluminación, ventilación y temperatura, la carencia o defecto del
equipo y material; situaciones a pesar de las cuales se realiza el trabajo con
gran esfuerzo para tratar de elevar la calidad de atención. No obstante y es
importante mencionar que de todas maneras el trabajo lo realizan con un
entusiasmo que resulta difícil de entender para aquellos que son ajenos a estas
labores, siendo así que esta cualidad a la larga acelera el desgaste emocional
y por ende se desarrolla el Burnout.
El Burnout resulta de la discrepancia entre las
expectativas individuales y la dura realidad de la vida cotidiana. Este proceso
de sentirse quemado se da conscientemente por la persona afectada y por lo
tanto va cambiando sus actitudes hacia el trabajo y hacia las personas con las
que trabaja, hasta que el proceso de sentir experiencias de negación y
frustración terminan. Por lo tanto las técnicas formales o el estilo que
utiliza cada persona para afrontar estas señales de impotencia o de malestar
van a ser muy crucial para que se desarrolle o no el Burnout. No obstante se
precisa reconocer que no hay ninguna estrategia establecida o válida que
practiquen el profesional afectado con síndrome, por lo tanto la persona que
sufre o este por sufrir de este síndrome debe ser atendida y no obstante el
primer paso para poder sanar es el reconocimiento de la enfermedad y tener
ánimo de seguir adelante.
Es
importante considerar que la problemática del Síndrome de Burnout llama a nuestra responsabilidad que debe
concretizarse en el interés por buscar caminos de abordaje, desde perspectivas creativas e integradoras a
partir de intervenciones que se adecuen a las variables que causan el
sufrimiento laboral y que provocan importantes limitaciones en las
potencialidades y riquezas personales; de quienes trabajan en el cuidado de los
otros.
0 comentarios:
Publicar un comentario