En lo profundo de mi corazón, mis intenciones y mi fe se entretejen para revelar posibilidades gloriosas. A pesar de cualquier apariencia de escasez o limitación, permanezco firme en mi fe y vivo mis sueños.
Mis intenciones son poderosas y ofrecen la visión para mi vida.
Tengo presente que los pensamientos que mantengo en mi mente dan forma a mis experiencias.
En mis momentos callados, percibo las ideas divinas y las utilizo como bloques para edificar mi vida. Logro resultados nuevos y positivos. Momento a momento, mis sueños se convierten en realidad.
Mantengo mi atención en la visión más elevada para mi vida. Alcanzo mis metas y reconozco que un despertar espiritual se lleva a cabo en mí. ¡Celebro con gozo el cumplimiento de mis sueños!
¡Para Dios no hay nada imposible! Lucas 1:37
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