Gracias a Dios que puedes ver un nuevo día, porque te levantas y estás con la energía necesaria para hacer tus labores con bendición.
Puedes tener la seguridad que nada te faltará, que tus cargas y preocupaciones quedarán en buenas manos cuando las depositas en Jesús y descansas en su cuidado.
Aunque haya un cielo gris, píntalo de esperanza y luz, de un azul de confianza, de un futuro de fe, levantando tu vuelo sabiendo que Dios te remontará a las alturas, como las águilas, superarás montañas de problemas y verás un nuevo horizonte, porque Dios es tu luz, la fortaleza de tu vida.
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