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viernes, 6 de mayo de 2016

Síndrome de Burnout


Las múltiples exigencias que se pueden presentar en la vida del ser humano,  ha facilitado el desarrollo de trastornos físicos y psicológicos. Pero hoy en día el estrés, la sobrecarga laboral o el muy conocido síndrome de Burnout es una patología que acompaña en gran parte a la población trabajadora en Venezuela. Esta se considera como la fase avanzada de un desgaste laboral, que se produce especialmente en empresas u organizaciones que dan servicios y afecta en su gran mayoría a profesionales que tratan directamente con clientes o usuarios.
Síndrome de Burnout
Según Cherniss (1980), este síndrome es un proceso en el cual las actitudes y el comportamiento del profesional cambian de manera negativa en respuesta a la tensión del trabajo.
Por otro lado Kahill (1988), indica que este síndrome está caracterizado por síntomas de autoeficacia reducida, desánimo, despersonalización y fatiga, vinculado a situaciones crónicas de demanda tanto vivías como excesivas en el ámbito laboral.
Pero la definición más popular la proporciona Mashlash y Jackson (1981), quienes indican que es un estado de agotamiento emocional, despersonalización y baja realización personal que puede ocurrir frecuentemente entre los individuos cuyo trabajo implica atención o ayuda  a personas.
Como puede observarse, en la definición de mencionadas autoras se manejan tres componentes que integran el síndrome de Burnout. El primer componente es el agotamiento emocional, el cual describe los estados afectivos y las sensaciones del individuo, caracterizado por una carencia de energía y recursos emocionales. El segundo factor es la despersonalización, caracterizada por actitudes y sensaciones negativas respecto de los demás. El último componente es la baja realización de personal, donde los empleados con este padecimiento experimentan un gran descontento e insatisfacción a sus labores. 
Los signos más característicos de los profesionales con el síndrome serán el cansancio emocional, caracterizado por la pérdida progresiva de energía, el desgaste, el agotamiento, la fatiga, etc; la despersonalización manifestada por un cambio negativo de actitudes y respuestas hacia los demás con irritabilidad y pérdida de motivación hacia el trabajo y la falta de realización personal con respuestas negativas hacia sí mismo y el trabajo
La dimensión que más prevalece es el Agotamiento emocional, que se da por varios factores relacionados a la edad, años de trabajo en el cargo, falta de desarrollo de habilidades o competencias, mecanismos de afrontamiento inadecuados ante las situaciones de estés en el área de trabajo. Induciendo y afectando de manera directa y negativa en el comportamiento y rendimiento del trabajador.
Ente los factores sociodemográficos que presentan más riesgo para la aparición, desarrollo o vinculación al Síndrome de Burnout, podemos citar la edad, ya que frecuentemente aparece en los primeros años de ejercicio profesional, en trabajadores jóvenes por la inexperiencia y en el factor género afectando más a las mujeres por los diferentes roles que ejerce en la sociedad.
Otra de las características es la sobrecarga de trabajo, la escasez de personal la manipulación de cargas pesadas, instalaciones deficientes, posiciones incómodas para trabajar, los ambientes con mala iluminación, ventilación y temperatura.
Otra de las características es la sobrecarga de trabajo, la escasez de personal la manipulación de cargas pesadas, instalaciones deficientes, posiciones incómodas para trabajar, los ambientes con mala iluminación, ventilación y temperatura, la carencia o defecto del equipo y material; situaciones a pesar de las cuales se realiza el trabajo con gran esfuerzo para tratar de elevar la calidad de atención. No obstante y es importante mencionar que de todas maneras el trabajo lo realizan con un entusiasmo que resulta difícil de entender para aquellos que son ajenos a estas labores, siendo así que esta cualidad a la larga acelera el desgaste emocional y por ende se desarrolla el Burnout.
El Burnout resulta de la discrepancia entre las expectativas individuales y la dura realidad de la vida cotidiana. Este proceso de sentirse quemado se da conscientemente por la persona afectada y por lo tanto va cambiando sus actitudes hacia el trabajo y hacia las personas con las que trabaja, hasta que el proceso de sentir experiencias de negación y frustración terminan. Por lo tanto las técnicas formales o el estilo que utiliza cada persona para afrontar estas señales de impotencia o de malestar van a ser muy crucial para que se desarrolle o no el Burnout. No obstante se precisa reconocer que no hay ninguna estrategia establecida o válida que practiquen el profesional afectado con síndrome, por lo tanto la persona que sufre o este por sufrir de este síndrome debe ser atendida y no obstante el primer paso para poder sanar es el reconocimiento de la enfermedad y tener ánimo de seguir adelante.
Es importante considerar que la problemática del Síndrome de Burnout  llama a nuestra responsabilidad que debe concretizarse en el interés por buscar caminos de abordaje,  desde perspectivas creativas e integradoras a partir de intervenciones que se adecuen a las variables que causan el sufrimiento laboral y que provocan importantes limitaciones en las potencialidades y riquezas personales; de quienes trabajan en el cuidado de los otros. 

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