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domingo, 20 de marzo de 2016

Desarrollo de proyectos innovadores


El desarrollo de proyectos innovadores es la consecuencia de una serie de actividades donde se vinculan, ideas, creatividad y personajes emprendedores e innovadores, que mezclados de maneras especiales y únicas logran la concepción, desarrollo e implementación de productos, servicios, modelos, procesos que aceptados por los mercados internos y externos de las empresas se convierten en una innovación.

Es importante reflexionar y comprender que las ideas no son buenas, malas, perversas o atroces; son sólo ideas y difícilmente pertenecen a alguien y con frecuencia son de quienes las materializan, las ponen en marcha o las sacan adelante.

La mayoría de personas ven materializar sus ideas en otras personas o en innumerables escenarios, y sólo alcanzan a decir: “¡Y saber que a mí esa idea ya se me había ocurrido hace años!”. Las ideas provienen de la capacidad imaginativa y creativa del individuo; pueden tener diversas orientaciones y una de ellas puede ser la creación de una empresa; esto último ocurre cuando un futuro empresario relaciona y orienta sus capacidades hacia una perspectiva de negocio.

Las ideas no se dan en el vacío, sino que corresponden a un determinado contexto político, cultural, tecnológico, económico o social.

En la mayoría de las ocasiones hay tras ellas un personaje dispuesto a materializarlas y a buscar muchas más, pues son diversas las fuentes de generación de las mismas, entre las que se destacan: los problemas de las empresas, las tendencias que arroja un mercado determinado, el fruto de un desarrollo tecnológico, el aprovechamiento de una serie de conocimientos y los contactos de un emprendedor o intraemprendedor.

El emprendedor vs. la idea

Es importante diferenciar entre el emprendedor y la idea en sí misma; ambos evolucionan. 
El emprendedor muchas veces llega a ser un empresario, por otro lado, las ideas pasan a convertirse en conceptos y de este estado pasan a un modelo u oportunidad de negocio propiamente dicho. Por eso se debe tratar de observar el origen de las ideas (problema, oportunidad o necesidad) e identificar la forma para generar varias ideas que con el tiempo, la información y el conocimiento hacen su metamorfosis hacia un proyecto innovador.


ADN de la innovación
Aquellas características que definen a empresas, personas u organismos que apuestan por las ideas nuevas y las convierten en acciones, convencidos de su potencial para cambiar el mundo.

Cada vez parece estar más claro que la innovación es el único camino hacia el éxito para nuevas y viejas empresas. Para las nuevas porque ya nacen en un escenario en el que las reglas han cambiado y en el que es imprescindible proponer algo novedoso para triunfar; para las viejas porque están obligadas a reinventarse para seguir sobreviviendo. Y al final eso termina suponiendo que tanto unas como otras tengan que desarrollar ese adn innovador.

Pero ¿qué es la innovación? Innovar es transformar, hacer algo de una forma diferente y mejorar con ello el mundo, aunque sea en un aspecto mínimo. Y en esa innovación ¿cuánto hay de trabajo y cuánto de inspiración? Depende. En ocasiones, la idea transformadora puede venir de años de trabajo, investigación o esfuerzo. En otros casos, la inspiración o una idea genuina e inesperada pueden ser el detonante de un proceso transformador que te lleve al éxito. Pero, en cualquier caso, lo importante no es el proceso sino que el resultado sea la materialización de la idea en una acción.

Desde esta perspectiva, la innovación puede entenderse como el motor que transforma las ideas en valor, en algo que consigue generar resultados positivos para todas las partes implicadas. Así que si eres una empresa, ya puedes empezar a transformarte si no quieres quedarte atrás. Y la pregunta clave es ¿estás preparado? ¿está preparada tu empresa? ¿está preparado tu jefe? Si la respuesta es ‘no’, ya puede ponerte las pilas porque van a adelantarte sin que ni siquiera seas capaz de darte cuenta. Asume que el mundo no es el que era y que, o te adaptas, o vas a quedarte fuera del negocio.

Atrévete y corre el riesgo. Y hazlo sin miedo, porque sales con ventaja. Sabes lo que te gusta y lo que no de tu presente, y también lo que te gustó y lo que odiaste de tu pasado. Y eso te hace tener perspectiva para saber qué cambio quieres y necesitas. Sueña y trabaja para alcanzar ese sueño. Seguro que tienes una idea para hacer el mundo un poquito mejor. Así que sal de tu zona de comfort e instálate en tu zona de aprendizaje. Puede que te salga mal pero ¿y si te sale bien?

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