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domingo, 1 de julio de 2018

¿Cómo fijar objetivos personales?


El objetivo es algo ambicionado, algo que esperamos lograr en un plazo más o menos determinado y a lo que deberían focalizarse nuestros recursos y esfuerzos. Sin embargo, pocas veces realizamos realmente el ejercicio de concretar cuáles son nuestros propósitos en lo profesional o en nuestra vida (no creo que sea fácil ni aconsejable separar ambos), qué queremos alcanzar y en muchas menos ocasiones nos trazamos un plan para conseguirlos. Como mucho, nos planteamos unos propósitos para año nuevo que tienden a abandonarse en pocas semanas.

Fijar objetivos, en el ámbito que sea, es un ejercicio muy útil ya que sólo si sabemos a dónde queremos ir podremos trazar una ruta para llegar a ese destino. En definitiva, se trata de tomar el mando de nuestra vida, hasta el punto que se pueda, y no estar sometido al vaivén de acontecimientos externos. Es la diferencia entre navegar y flotar.
Para establecer objetivos personales, recomiendo seguir el siguiente proceso:
Paso 1. Fijar unos objetivos generales a un plazo relativamente largo (10 años). Estos objetivos podrán ser de varios tipos:
  • Objetivos profesionales en general (llegar a dirigir una fábrica, por ejemplo)
  • Objetivos profesionales dentro de nuestra empresa (como promocionar a tal puesto)
  • Objetivos financieros (quedar libre de deudas, por ejemplo)
  • Objetivos de educación (conseguir el doctorado podía ser uno)
  • Objetivos de salud y vida sana (alcanzar tal peso o correr una marathon)
  • Objetivos de participación en la comunidad (participar de voluntario con tal asociación)
  • Objetivos con la familia (como restablecer lazos perdidos)
  • Objetivos de crecimiento espiritual (desarrollar el autoconocimiento o conocer y acercarse a tal religión)
  • Objetivos sobre el tiempo libre (practicar determinados hobbies)
  • etc
Estos objetivos generales deben basarse en nuestra propias pasiones, en el estilo de vida que queremos, en aquello que nos aporta felicidad. No todo tiene que ser racionalidad y debemos tener en cuenta nuestros sentimientos y emociones. No debemos plantear muchos objetivos generales (5 puede ser un buen número).
Establecer unos objetivos específicos o metas, a alcanzar en un plazo más cercano. Deben ser concretos, medibles, factibles pero desafiantes y ligados a un plazo determinado, además de permitirnos ir alcanzando nuestros objetivos generales (un máximo de 5 por cada objetivo general). Por ejemplo, si uno de nuestros objetivos generales es alcanzar una posición desahogada económicamente, un objetivo específico podría ser conseguir un sueldo de tanto en el plazo de tres años.
Paso 2. Diseñar un plan de acción, los pasos y acciones para conseguir estos objetivos. En el caso anterior, podría ser tomar acciones definidas para conseguir un ascenso. En este proceso, es conveniente ser creativo y generar alternativas de actuación.
Paso 3. Identificar quién puede ayudarte en el proceso e intentar conseguirlos como aliados.
Paso 4. Ponerlo todo por escrito, mejor en forma de tabla y con un calendario resumen, y colocarlo en un sitio visible que nos facilite su revisión habitual.
Paso 5. Comenzar a actuar cuanto antes.
Paso 6. Ir tachando de la lista lo que se va consiguiendo.
Paso 7. Modificar la lista de objetivos y el plan de actuación en función de las circunstancias y de nuestros cambios en prioridades. Debe ser flexible e irse adaptando a nosotros.

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